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Campamento Tres Causales en República Dominicana

Yildalina Tatem

La lucha por las causales del aborto en República Dominicana tiene más de 20 años. En ese proceso, si bien no hemos logrado despenalización, hemos impedido que se apruebe un Código Penal que lo deje penalizado en todas sus circunstancias. 

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Los alegatos son verdad de Perogrullo. 3 causales: peligro de la vida de la mujer, violación o incesto, y feto inviable (malformación congénita incompatible con la vida). 

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Somos uno de los pocos países en que está completamente penalizado y es de conocimiento público que los países en los que está penalizado de forma absoluta son los más pobres y menos desarrollados del mundo. Además, responden a los mismos esquemas: quienes se oponen a la despenalización por causales también se oponen a educación sexual integral en las escuelas, validan las uniones tempranas y el matrimonio infantil. 

En República Dominicana la lucha por la despenalización se ha convertido en un pulso de PODER. Las iglesias se han opuesto con tanta visceralidad que no logran encontrar el camino para relativizar posicionamientos. Entienden que, si “pierden”, les pondría en una situación de “debilidad” frente al poder político -ergo, les haría tener menos control del Estado- y frente a su feligresía, porque persisten en construir el imaginario de que todo el mundo está de acuerdo con los planteamientos de su religión. 

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El mismo día que la Comisión de Justicia entregó el informe sobre el Código Penal, dejando fuera las Causales, el Movimiento feminista, con el apoyo de más de un centenar de organizaciones, iniciaron el Campamento por las Tres Causales, identificado como “Campamento de la Resistencia y la Dignidad”. Esta ha concitado una avalancha de apoyo y solidaridad. Ha propiciado que muchas personas que no se atrevían a expresar su opinión públicamente, lo hagan. Pero también ha generado que sectores anti derechos muestren su irracionalidad y su violencia. 

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El Campamento ha recibido dos ataques muy fuertes. Uno anónimo, fue un atentado enviando unos bizcochos contaminados, que afectó de forma seria a 11 personas que tuvieron que ser llevadas a emergencia médica, tres de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas por varios días. El otro fue perpetrado por la propia Policía Nacional, la noche en que se montó un segundo campamento por tres días frente al Congreso: alrededor de la 1 de la madrugada, las compañeras que estaban presentes fueron agredidas con arma blanca, rotas las casas de campaña con ellas dentro y despojadas de sus pertenencias luego de que se hubiera acordado con esos mismos agentes la protección de las que fueron posteriormente violentadas. Con respecto a ambos sucesos estamos procediendo judicialmente. 

El 28 de abril la Cámara de Diputados aprobó el Código Penal en primera lectura, con el voto favorable de 146 diputados y diputadas y 14 en contra. Esta votación evidencia que hay líneas partidarias para aprobar un Código que penalice el aborto en todas sus circunstancias, a pesar de que el partido mayoritario en su programa de gobierno había incluido las causales. Ese día, anunciamos que la lucha será en la calle, que el partido de gobierno mintió y que el recurso que nos han dejado es la manifestación popular. El Campamento sigue operando, desde la primera semana se están realizando actividades en provincias y municipios que ahora se están fortaleciendo y se convierten en la ruta a seguir hasta el 23 de mayo, cuando se realizará una gran marcha nacional. 

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Estamos en sesión permanente, conscientes de que la lucha se acrecienta, que las tres causales son el mínimo y la concesión, y que en este momento se convierten en un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres, que evidentemente son más que tres causales como eximentes de responsabilidad en el Código Penal, pero que su no aprobación es la evidencia absoluta de que se sigue considerando a las mujeres como ciudadanas de segunda categoría. 

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Cada vez más personas se unen a esta voz y reclamo. No claudicaremos; en la República Dominicana la OLA VERDE crece y vencerá. 

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