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Consenso de Montevideo: 10 años impulsando los derechos de todas las personas

Daptnhe Cuevas

El 15 de agosto del año 2013, en el marco de la Primera Conferencia Regional de Población y Desarrollo, los gobiernos de América Latina y el Caribe aprobaron el Consenso de Montevideo (CM), en donde se reconocen derechos que antes no habían aparecido en acuerdos intergubernamentales y también se señalan poblaciones concretas, como beneficiaras de esos derechos. 

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Hoy celebramos el CM, porque es el acuerdo intergubernamental más progresista del mundo. Lo decimos de verdad, cuando a nivel global se revisaban los logros y  retos de la agenda de población de El Cairo, porque cumplía 20 años,  en América Latina y El Caribe, no teníamos una Conferencia Regional de Población, así que comenzamos por crearla. 

 

Por ello en julio de 2012 se logró un acuerdo central por el cual todas las funciones del Comité Especial de la CEPAL sobre Población y Desarrollo se transfierieron a la recién creada Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, la cual -se acordó- actuaría sobre la base y el pleno respeto del Programa de Acción y las medidas clave para seguir ejecutándolo; y en dónde se subrayó la importancia de la participación de la sociedad civil en las reuniones de la Conferencia Regional y de su Mesa Directiva; es decir, las organizaciones somos parte de la Conferencia -y no a fuerza de nuestro empuje y terquedad, como hemos logrado en otros espacios de la propia CEPAL, donde nuestra presencia se ha  instalado como parte de la tradición y pende de las voluntades- en la CRPyD la sociedad civil y el foro social previo que antecede a sus reuniones somos parte de la estructura misma de la conferencia.

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10 años después, “Estamos convencidas de que  la adopción del Consenso y los avances que hemos visto en esta década están vinculados a la existencia de un sólido movimiento feminista en nuestra región, hay consenso porque hubo movimiento y es gracias a ese movimiento que la agenda se defiende, se sostiene y se avanza. La expansión y fortalecimiento de los movimientos feministas en su amplia diversidad es un rasgo distintivo de nuestra región y ha sido clave para la lucha por los derechos humanos,  la igualdad, la autonomía y la libertad reproductiva y para denunciar las violaciones a estos derechos. Hace 10 años fuimos más de 50 redes y organizaciones quienes empujamos la aprobación del CM y hoy nos hemos multiplicado de manera muy significativa en los distintos países expresando la enorme diversidad de ciudadanas y ciudadanos que enfrentan desigualdades en la garantía y el acceso a sus derechos y  que se organizan para defenderlos: personas con discapacidad, poblaciones indígenas y  afrodescendientes, trabajadoras sexuales, adolescentes y jóvenes, mujeres trans y feministas de toda la región.”

 

El Consenso de Montevideo salió bien, porque ocurrió en un momento específico de nuestro contexto político regional, las redes organizadas teníamos empuje, convicción y trabajo sólido, pero requeríamos cómplices,  alianzas clave con gobiernos de izquierda que colocados en el poder y en la toma de decisiones estaban dispuestos y en posición de avanzar los compromisos. Toda la diferencia radicó en el  “borrador cero” que no fue un documento de mínimos -como  tanto nos ocurre en las negociaciones multilaterales- sino un texto de aspiraciones legítimas contenidas en una agenda ambiciosa que, en todo caso, debían intentar disminuir quienes se oponían a ella y exhibir así sus posiciones y argumentos. 

 

Por eso los 108 compromisos prioritarios de esta agenda, responden a las expectativas de poblaciones específicas, como las juventudes, indígenas, afrodescendientes y a la necesidad de entender y atender los cambios demográficos, el envejecimiento, las dinámicas de población tanto como el equilibrio entre necesidades económicas, sociales y ambientales. 

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En resumen, una agenda integral y progresista que colocó - en un compromiso de gobiernos, por primera vez en todo el mundo- los derechos sexuales independientemente de los reproductivos, como derechos humanos, planteando erradicar la discriminación por la orientación sexual e identidad de género y que, valientemente, reconoció la ineficacia de penalizar a las mujeres por abortar y llamó a modificar las leyes para salvaguardar su salud y sus vidas. 

 

Ahora, una cosa es adoptar la agenda y otra -muy diferente- implementarla, volverla realidad. A propósito del décimo aniversario, las redes regionales nos dimos a la tarea de evaluar los logros e identificar los rezagos y constatamos que en cada país de nuestra región esa evaluación arroja realidades distintas y avances desparejos. Además de realizar informes sombra -en aquellos países donde no hay posibilidad de trabajar en diálogo con los gobiernos- hemos hecho reportes especiales y realizado un collage de videos que muestran las evaluaciones desde la sociedad civil. El pasado 15 de agosto, organizamos una conferencia de prensa regional en la que compartimos esa evaluación y presentamos los videos que están a disposición de cualquier persona interesada, en la web y redes sociales de la AFM y de las diversas organizaciones involucradas. 

 

En noviembre próximo en el marco de la quinta Mesa Directiva de la Conferencia, donde los gobiernos presentarán sus informes, nosotras también presentaremos los de las organizaciones.

 

En los videos realizados, que incluyen la evaluación de 17 países y dos redes temáticas (sobre discapacidad y mujeres indígenas), colectivamente reconocemos tanto los aportes del Consenso de Montevideo para avanzar la agenda de derechos en nuestra región como los rezagos de los que hablábamos en su implementación que se transforman en nuevos desafíos. 

 

La  evaluación colectiva, preparada por las redes regionales, se centró en 4 rubros:

 

1) Señalar los temas prioritarios de la Agenda feminista en el CM

2) Ubicar los principales logros en estos 10 años

3) Identificar los retos principales a 10 años de la adopción del CM 

4) Señalar las herramientas de rendición de cuentas que tenemos para evaluar el CM 

 

1) Entre otras cosas, en el Consenso de Montevideo  los países de la región se comprometieron a: Asegurar la efectiva implementación de programas de educación integral para la sexualidad (MP11); promover, proteger y garantizar la salud y los derechos sexuales y los derechos reproductivos para contribuir a la plena realización de las personas (MP33); promover políticas que contribuyan a asegurar que las personas ejerzan sus derechos sexuales, con respeto de su orientación sexual e identidad de género, sin coerción, discriminación ni violencia (MP 34); promover la prevención y la detección oportuna y garantizar el acceso universal al tratamiento integral del VIH/SIDA y de las infecciones de transmisión sexual (MP35); eliminar las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad materna, el acceso a métodos anticonceptivos modernos y eficaces y el asesoramiento y atención integral frente al embarazo no deseado y no aceptado y, asimismo, la atención integral después del aborto, cuando se requiera, sobre la base de la estrategia de reducción de riesgo y daños (MP 40); asegurar, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la legislación nacional, la existencia de servicios de aborto seguros y de calidad para las mujeres que cursan embarazos no deseados y no aceptados e instar a los demás Estados a considerar la posibilidad de modificar las leyes, normativas, estrategias y políticas públicas sobre la interrupción voluntaria del embarazo para salvaguardar la vida y la salud de mujeres y adolescentes, mejorando su calidad de vida y disminuyendo el número de abortos (MP 42); garantizar los derechos de los pueblos indígenas y a pesar de que se tienen medidas prioritarias específicas en el capítulo H, se busca visibilizarlos “de manera transversal e integral en todas las medidas establecidas en el Consenso”, de esto se desprende que hace falta tener en cuenta las múltiples violencias que experimentan los pueblos indígenas por parte de los Estados para lograr la implementación del Consenso en el tema de su salud, derechos y justicia sexual y salud reproductiva.

 

2) Se identificaron tres logros centrales, el primero es la expansión y fortalecimiento de los movimientos feministas en su amplia diversidad como un rasgo distintivo de nuestra región que ha sido clave para la lucha por la autonomía y libertad reproductiva y para denunciar las violaciones a estos derechos; el segundo es el fortalecimiento de los compromisos de los gobiernos de la región en los escenarios de negociación LAC, a diferencia de lo que viene sucediendo en el nivel global. Compromisos que ponen en el centro la autonomía, la información y educación, el estado laico, y el rechazo a la criminalización, entre otras, y llaman a que se eliminen las barreras de acceso a los servicios de SSR; y el tercero, más autonomía y libertad reproductiva. Que se muestran en tres niveles: a) consolidación de marcos legales, b) generación o acceso a la información, y c) acceso a servicios de SSR. 

 

3) Se identificaron 10 retos prioritarios: Garantizar la educación integral en la sexualidad; sacar el aborto de los códigos penales  y reconocerlo como un tema de derechos humanos y salud pública garantizando el acceso a los servicios; regular la objeción de conciencia para que no se traduzca en barreras que van en contra de los derechos humanos; eliminar la muerte materna que afecta desproporcionadamente a mujeres adolescentes, indígenas y Afro descendientes; garantizar el estado laico en nuestra región; considerar la experiencia de vida de las personas en todas sus diversidades, incluyendo a las personas con discapacidad, viviendo con VIH, LGBTIQ, trabajadoras sexuales, identificar sus verdaderas necesidades y aplicarlas a la normatividad para asegurar el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos; garantizar el acceso a métodos anticonceptivos a todas las mujeres en toda su diversidad, independientemente de su estado civil incluyendo a menores de edad; aumentar la creación de datos estadísticos desagregados que estén disponibles para monitorear el avance de los compromisos internacionales de derechos humanos a nivel nacional; garantizar que las políticas tengan perspectivas interculturales, Inter generacionales y de género, sean de largo plazo y cuenten con el financiamiento adecuado; y  por último, reconocer que el Consenso de Montevideo es un punto ambicioso de partida, el cual debe seguir nutriéndose para responder a los retos poblacionales emergentes, incluyendo el contexto pos-pandémico, donde el cuidado es un aspecto central.

 

4) Cumplir con los compromisos del Consenso de Montevideo es vital para concretar los derechos de las personas, por ello la rendición de cuentas es imprescindible. Nuestra evaluación resaltó que además de los 19 informes voluntarios de los países -que se habían entregado a junio de este año- contamos con la plataforma propuesta por la CEPAL que captura el avance de cada Estado miembro considerando los indicadores acordados, y  de manera destacada, las propias redes hemos creado herramientas y metodologías tales como el ISOQuito y el SAR ( Sistema de Alertas Regional en Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos ) de la AFM, o el Mira que te Miro que varias redes redes llevan adelante y que han aportado datos duros para identificar avances así como cambios inesperados que representan riesgos y retrocesos en la agenda. 

 

Las organizaciones feministas hacemos movimiento, el nuestro es sin duda el movimiento social más significativo y transformador del último siglo. Entendemos los contextos y actuamos en ellos para transformar, el Consenso de Montevideo es una herramienta compartida, los gobiernos y la sociedad nos beneficiamos de su existencia e implementación, nuestra consigna en el marco de su décimo aniversario es clara:

 

#ConsensoDeMontevideoParaTodasLasPersonas

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1 Daptnhe Cuevas, integrante de la Coordinación política de la Articulación Feminista Marcosur
2 Retoma
do de la elaboración de Ana Cristina González, sobre los logros del Consenso de Montevideo a diez años de su aprobación, para la Conferencia de prensa regional de las redes y organizaciones, realizada el 15 de agosto de 2023
3 Los videos están disponibles en:  https://www.mujeresdelsur-afm.org/video-10-anos-del-consenso-de-montevideo/

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